Antes de desayunar di un paseo por el jardín, pero fue desde la mesa del desayuno cuando desde la terraza vimos en unos árboles de una finca colindante tres especies de aves que aún no habíamos visto. Luego recogimos el equipaje y nos llevaron hasta el aeropuerto. Allí comimos. Nuestro vuelo salió a las 17:30 horas de la tarde y llegó a Madrid a las 11:10 de la mañana del día 5 de agosto.
Habíamos reservado una habitación para dos noches en Quinta Natura Hotel por 188,5 dólares, desayunos incluidos, en un pueblo llamado Checa, que se encuentra junto al aeropuerto Mariscal Sucre, de Quito.
Volcán Pichincha
Por la mañana, antes de la hora del desayuno, di un paseo por el jardín de este alojamiento, fijándome en las aves. Comimos y cenamos en Checa. Aquí nos sucedió el único suceso desagradable de nuestras vacaciones en Ecuador. Dos perros pequeños que el dueño tenía sueltos por el jardín mordieron a Lorea. Aunque no le provocaron heridas abiertas, sí que le hicieron daño en dos mordiscos que le dieron en los tobillos, aparte del lógico susto que se llevó. El dueño de Quinta Natura Hotel se portó realmente mal y atribuyó el ataque al miedo de nuestra hija, con la típica frase de que le "había olido el miedo". A Lorea le encantan los perros y nunca les ha tenido miedo. De hecho, cuando vi los perros, yo la animé a que fuera a verlos y a acariciarlos. El dueño no se disculpó en ningún momento y mantuvo una acalorada discusión con nosotros. Su actitud chulesca nos sorprendió en un país como Ecuador, donde la gente es, en general, muy amable. Estuvimos a punto de marcharnos de inmediato, pero finalmente no lo hicimos.
Subimos al amanecer a la torre de observación, desde donde vimos varias especies que no habíamos visto hasta entonces.
Cotorra colinegra
Guacamayo ventrirrojo (Orthopsittaca manilatus)
Macho de Cabezón dorado (Capito auratus)
Ídem
Tangara velia (Tangara velia subsp. iridina)
Ídem
Grupo de Lorito chirlecrés (Pionites melanocephalus)
Lorito chirlecrés
Tras desayunar hicimos el equipaje y regresamos en canoa hasta el puente de Cuyabeno. Hora y media de travesía en la que vimos algunas especies de aves que no habíamos visto todavía.
Garza cuca (Ardea cocoi)
Palmeras en la orilla del río Cuyabeno
Zopilote rey (Sarcoramphus papa)
Anhinga americana (Anhinga anhinga)
Aura selvática
Detalle de su cabeza
Aura selvática (Cathartes melambrotus)
Aura selvática
Travesía en canoa desde Caiman Lodge al puente de Cuyabeno
Martín pescador amazónico (Chloroceryle amazona)
Orilla del río Cuyabeno
La práctica ausencia de lluvias durante los cinco días que estuvimos en Cuyabeno hizo que el nivel del río bajase alrededor de un metro, dejando orillas limosas y hojarasca acumulada sobre ellas.
Puente de Cuyabeno
Puente de Cuyabeno y la canoa en la que llegamos
En los alrededores del puente de Cuyabeno vimos varias aves y mariposas mientras esperábamos la llegada del autobús que nos llevaría hasta Nueva Loja.
Anverso de Dione juno
Reverso de la misma mariposa
Dione juno
Tangara azuleja (Thraupis episcopus subsp. coelestis)
Desde Lago Agrio hasta Quito volvimos en autobús a través de una carretera llena de curvas y, en varios tramos, con el firme muy estropeado por los desprendimientos y deslizamientos. Bastantes turistas hicieron el traslado hasta Quito en avión desde el aeropuerto de Lago Agrio. El trayecto en autobús duró unas siete horas. Paramos en un restaurante a pie de carretera, junto al punto de donde sale otra que conduce hasta la Gruta Los Tayos. En Ecuador llaman tayos a los guácharos. En Caiman Lodge nos prepararon comida para el almuerzo y cenamos en ruta. Antes de llegar a Quito, paramos en una ciudad cercana al aeropuerto Mariscal Sucre. Allí, hacia las nueve de la noche, tomamos un taxi que nos llevó al pueblo de Checa, donde habíamos reservado dos noches en un hotel. En las guías de viaje recomiendan no ajustar al día del regreso el viaje desde la Amazonía, ya que los períodos de lluvias intensos pueden dejar impracticables las carreteras en esa parte del país.
Pareja de Arasarí fajado (Pteroglossus pluricinctus)
Antes de desayunar, al amanecer, subí a la torre de observación de Caiman Lodge.
Arasarí fajado
Pareja de Arasarí fajado comiendo frutos
Pareja de Guacamayo ventrirrojo (Orthopsittaca manilatus)
Cacique lomiamarillo (Cacicus cela)
Bosque desde la torre de observación de Caiman Lodge
Ídem
Cacique de yelmo (Cacicus oseryi)
Cacique de yelmo
Cacique de yelmo
Caiman Lodge
Ídem
Paloma vinosa (Patagioenas subvinacea)
Paloma vinosa
Jorge Maigua (cuyabenogeorge@yahoo.com), tour operador y guía naturalista, nos dio a escoger entre un paseo por tierra o remar en canoa. Escogimos remar, aunque me habría gustado haber hecho también el paseo por tierra.
Lorea y Amaia remando en canoa
Ídem
Maite remando en canoa
Bosque inundado
Grupo de Murciélago narigón (Rhynchonycteris naso)
Ídem
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Grupo de Murciélago narigón
Bienteveo chico (Philohydor lictor)
Golondrina aliblanca (Tachycineta albiventer)
Ramas en flor de guarango de agua (Macrolobium acaciifolium)
Después de remar dos o tres horas llegamos a Caiman Lodge.
Capuchino del Marañón (Cebus yuracus)
Capuchino del Marañón mirándome
A continuación, una secuencia de cuatro fotografías tomadas al mismo individuo.
Capuchino del Marañón
Ídem
Ídem
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Capuchino del Marañón (Cebus yuracus)
Cocina y comedor de Caiman Lodge
Teniendo en cuenta el lugar donde estábamos, lejos de la civilización, debemos de reconocer el buen trabajo del cocinero y los camareros. Los platos fueron muy del gusto de nuestras hijas.
Detalle en el edificio
Después de comer, el guía naturalista nos llevó en busca de los delfines, que aún no habíamos podido ver tan bien como nos hubiera gustado. Esta vez tuvimos más suerte y los pudimos observar durante bastantes minutos en una zona donde pescaban. Como nos hizo notar Jorge, se sabe cuándo están pescando por el olor de los peces masticados que llega a la superficie del agua y se puede oler desde la canoa.
Delfín amazónico (Inia geoffrensis)
Detalle de la aleta dorsal y el lomo de un Delfín amazónico
Delfines amazónicos
Mono ardilla ecuatoriano (Saimiri macrodon)
Ídem
Ídem
Monos ardilla ecuatorianos cazando insectos en las ramas de los árboles
Al atardecer fuimos por último día a la Laguna Grande.