En busca de la Naturaleza por el mundo: octubre 2022

Santuario de San Miguel de Aralar

Después de desayunar en la cafetería del hotel Lemik, recogimos el equipaje y fuimos hasta el Santuario de San Miguel de Aralar, sito en la sierra del mismo nombre, en el municipio de Uharte-Arakil (Navarra).

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Es de estilo románico y la primera referencia data de 1032. Destaca el triple ábside con el atrio-refugio adosado al sur y la cúpula coronando el conjunto.

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Réplica de la efigie del arcángel San Miguel

Antes de llegar a la capilla mayor se encuentra la réplica de la efigie del arcángel San Miguel.

Réplica de la efigie del arcángel San Miguel

La efigie de San Miguel de Aralar es un relicario de plata sobredorada realizado en 1756 para sustituir al anterior. En el Santuario se encuentra una réplica.

Retablo de esmaltes de Aralar

El presbiterio del santuario de Aralar está presidido por el retablo de esmaltes de Santa María, la más importante de las obras esmaltadas de Limoges que ha llegado hasta la actualidad. En el pasado fue el frontal de un altar.

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No se tiene la certeza sobre su origen, pero el estudio de la experta Marie Madeleine Gauthier ha permitido conocer que fue realizado entre los años 1175 y 1185.

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El retablo comprende un conjunto de 37 esmaltes. La figura princial, la Virgen con el Niño, ocupa el óvalo central.

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De regreso, paramos a comer en Parador de Argómaniz para celebrar el cumpleaños de Maite.

Maite

Techo del restaurante del Parador de Argómaniz

Después fuimos a ver aver hasta Mendixur, municipio de Barrundia, que está muy cerca de este parador.

Mendixur

Cormoranes grandes y garcetas grandes

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Patos colorados y otras aves acuáticas

Mendixur

Dolmen de Sorginetxe

De camino a Altsasu (Navarra), paramos para ver el dolmen de Sorginetxe o Arrizala se encuentra cerca del pueblo de Arrizala, municipio de Agurain/Salvatierra (Araba). Fue dado a conocer en el año 1833, cuando ya había sido desmantelado el túmulo. El arqueólogo Julián de Apraiz lo excavó en 1890 y halló restos humanos y herramientas, hoy desaparecidos.

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Escribió Julián de Apraiz: "La suposición que todos abrigábamos de que aquel monumento era funerario la comprobé yo el 26 de agosto de 1890, en que haciendo remover la losa caída de cerca de 200 arrobas de peso, hallé restos de tres cadáveres y una punta de flecha silícea que figura en mi instalación."

Maite y el que esto escribe

Fuimos a recoger el premio al mejor artículo publicado en la revista Pyrenaica, que titulé "Los bosques vascos y su historia", que recibí durante la XXVI Gala del Montañismo Vasco con Altsasuko Mendigoizaleak y Dantzaleku Sakana como anfitriones en el Iortia Kultur Gunea, tras la intervención del alcalde de Altsasu y el presidente de la Federación Vasca de Montaña, entre otros. Yo recibí el trofeo de manos de Begoña Fernández, que fue quien tuvo la idea de invitarme a escribir el artículo después de ver algunas entradas de mis blog, lo que me hizo especial ilusión.