Barcelona, 21 de abril de 2025

Barcelona desde el ascensor del hotel

Exactamente 14 años después volvimos a Barcelona. Esta vez sin nuestras hijas, pero con el recuerdo de los tres días que pasamos aquí juntos el 21 de abril de 2011, el 22 de abril de 2011 y el 23 de abril de 2011. Aunque disfrutamos de los hoteles lujosos y bien decorados, por ahorrar dinero escogimos uno en las afueras de la ciudad, en el barrio de Poblenou y muy cerca del municipio de Sant Andrià de Besòs, lo que nos permitió aparcar el coche sin tener que pagar por ello en dicho municipio. El hotel Barcelona Princess se encuentra en el número 1 de la Avinguda Diagonal, junto a varios grandes hoteles y un práctico tranvía que permite acceder en pocos minutos al centro de Barcelona. Pagamos 493,86 euros por 4 noches de habitación doble y, además, un impuesto municipal de 6,27 euros por persona y día. El hotel, de 26 plantas, tiene habitaciones amplias y luminosas. Como a veces sucede en este tipo de hoteles, las ventanas no se podían abrir ni siquiera un poco, lo que no me gusta en absoluto y, además, representa un peligro considerable en caso de incendio, especialmente en pisos altos. 
Ídem.

Poblenou fue un barrio obrero donde vivían principalmente inmigrantes procedentes de la mitad sur de España. Aquí se crio Manolo García, célebre músico cuyas canciones formaron parte importante de mi juventud, también vivida en un barrio obrero, pero de la margen izquierda de la ría de Bilbao. Como sucede en la Margen Izquierda, en Poblenou queda poco de su pasado obrero y de sus calles y escuelas llenas de niños. Supongo que, como en la Margen Izquierda, en Poblenou también se criaron entre traficantes que vendían drogas traídas de todos los confines de la Tierra, ante la absoluta pasividad de los policías y no sé si, en cambio, como nos sucedía a nosotros, se empleaban con contundencia en las protestas obreras y estudiantiles. No sé si a Manolo García le ofrecieron gratis una papelina de heroína en la puerta de la escuela como me sucedió a mi y a otros niños en 6º de EGB. En los siguientes años, algunos de los excompañeros de clase, ya convertidos en yonquis, me requerían a punta de navaja el poco dinero que podía llevar, aunque es cierto que a veces algunos me perdonaban cuando me reconocían. El último día de nuestra estancia en Barcelona varios trabajadores buscaban y recogían las jeringuillas que los yonquis habían abandonado en el aparcamiento de La Mina, donde estacionábamos el coche durante nuestra estancia.
Pardelas cenicientas (Calonectris diomedea)

Tras dejar el equipaje en nuestra habitación, decidimos ir al Parque del Fòrum con la intención de ver aves marinas con el telescopio, con especial atención a conseguir ver alguna pardela mediterránea (Puffinus yelkouan), que nos faltaba por ver en España, pero, aunque vimos varias pardelas baleares (Puffinus mauretanicus), no tuvimos suerte con la mediterránea.
Pardela cenicienta

Después fuimos al Parc Diagonal Mar, a cuyos estanques acudían gaviotas a lavar su plumaje.
Gaviota patiamarilla (Larus michahellis)

Gaviota de Audouin (Ichthyaetus audouinii)

Ídem.

De regreso vimos un Halcón peregrino (Falco peregrinus) que acabó posándose en lo alto de nuestro hotel.
Halcón peregrino

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