Cádiz, 30 de octubre de 2024

Piletas de la factoría de salazones

Este yacimiento arqueológico fue descubierto en el año 1995 durante la construcción de un aparcamiento subterráneo de tres plantas en el número 16 de la calle Sacramento de Cádiz. Esta factoría de salazones fue construida sobre la arena dunar de la orilla del canal marino que en tiempo de los fenicios separaban las islas de Erytheia y Kotinoussa y permaneció activa entre los siglos I y V d.C.
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En el Enclave Arqueológico Factoría de Salazones, abierto en el año 2019, se muestran restos de una instalación industrial romana en la que se procesaba pescado para la producción de salazones y salsas como la salsamenta, murex, liquamen o garum, una las más importantes actividades económicas, por la que Gades fue conocida dentro del Imperio romano. Se conservan varias de las grandes piletas en las que se procesaba el pescado y un pequeño sector del patio donde se realizaba el despiece y troceado del pescado.
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El pescado que se procesaba era seguramente el atún rojo (Thunnus thynnus), que en primavera entra a través del estrecho de Gibraltar desde el océano Atlántico al mar Mediterráneo, donde desova, para luego regresar al Atlántico en el mes de agosto. Desde la época fenicia mediante el uso de redes se les consigue atrapar en el mar, donde se les da muerte a golpes. En la actualidad esta forma de capturarlos recibe el nombre que usaron los musulmanes: almadraba, que significa "lugar donde se golpea". En las piletas se introducía el pescado troceado en capas alternas con capas de sal y, tras varios, se introducía en ánforas, que era como se transportaba.
Ánfora

Anzuelos

Agujas

Monedas

Lucerna con delfín

Lucerna con cangrejo

Muy cerca se encuentra el yacimiento arqueológico del Teatro de Títeres "La Tía Norica", también de entrada gratuita. Durante la construcción de este teatro se hicieron dos sondeos de 9 metros de profundidad en el año 2002 y se localizaron restos arquitectónicos. Entonces decidieron su excavación arqueológica y se encontró parte de la ciudad fenicia de Gadir en profundidad y una factoría de salazones sobre ella. Una de las personas que trabajó en la excavación arqueológica del yacimiento realizó la visita guiada que se prolongó durante más de una hora y resultó una de las mejores visitas guiadas que he realizado.
Yacimiento arqueológico Teatro de Títeres

Piletas para la elaboración de salazones

De la factoría de salazones romana se pueden ver 8 piletas destinadas a la elaboración de salazones de pescados, construidas con mampuesto de piedra ostionera y arcilla, enfoscadas por un recubrimiento impermeable de mortero hidráulico con fragmentos de cerámica. Sus dimensiones son 250 cm de largo, 160 de ancho y 260 de profundidad. La moldura y la poceta central facilitaban su limpieza. Cada pileta tiene una capacidad de unos 10.400 litros. Las ánforas tenían una capacidad media de 26 litros.
Pileta con conchas de lapa

En una de las piletas se encontraron estas conchas de lapas. Algunos investigadores relacionan esta acumulación con la elaboración del garum.
Tubería de plomo romana y debajo vivienda fenicia

El agua de lluvia recogida de los tejados se pasaba a una cisterna a través de tuberías de plomo.
Viviendas fenicias

Los fenicios se llamaban a sí mismos cananeos y fueron los griegos los que les denominaron fenicios, que significa rojos, por la famosa púrpura con la que teñían sus telas, que extraían de los moluscos del género Murex, conocidas en Cádiz como "cañaíllas". Gadir tiene su origen en la expansión comercial en torno al siglo X a.C. del rey Hiram I, de Tiro, en la época de los pactos con el rey Salomón. 
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Seguramente, la principal razón de esta expansión fue la búsqueda de metales como cobre, estaño, hierro y plomo, además de oro y plata. Tiro fundó colonias a su imagen y semejanza. Por ello, solían escoger un islote, promontorio costero o arrecife, normalmente junto a un río. Gadir en poco tiempo rivalizó con Cartago y patrocinó la fundación de otras colonias.
Horno tandur fenicio

Debajo de las piletas romanas, a 9 metros de profundidad, se encuentran los restos arquitectónicos de 8 viviendas de la época fenicia de Gadir, datadas en 820-720 a.C. Se distribuyen en dos terrazas organizadas en torno a dos calles pavimentadas. En las viviendas se aprecia con claridad la localización de las cocinas con un banco corrido pegado a la pared y, en cuatro de ellas, los restos de hornos tandur, que se fabricaban con arcilla en forma de cúpula, con dos aberturas: una en la parte superior para introducir la leña y las tortas de pan, y otra lateral a ras de suelo para avivar el fuego. Las tortas de pan se cocían pegadas a las paredes del horno tras adherirlas con las manos, tal y como se hace en la actualidad en Asia central, el Subcontinente indio y Oriente Medio.
Esqueleto humano fenicio

Este esqueleto humano es del siglo VIII a.C. y, tras analizar el ADN conservado en las piezas dentales, resultó que era de origen fenicio de primera o segunda generación, es decir, que sería hijo de unos padres procedentes de Tiro, ciudad del sur del Líbano actual. No se sabe porque se ha preservado su esqueleto, ya que el rito funerario habitual que se practicaba en Gadir era la incineración.
Gato doméstico fenicio

El gato doméstico tiene como ancestro a la subespecie de gato montés propia de África y Oriente Medio. Seguramente lo domesticaron los egipcios hace unos 4000 años y fueron los fenicios quienes lo introdujeron en Europa. Es muy probable que este esqueleto sea el de uno de los primeros gatos domésticos que vivió en la península Ibérica.
Criptopórtico y antiguo dique seco

Justo a tiempo llegamos, en mitad de una lluvia intensa, a la visita guiada que habíamos contratado para ver la Cueva del Pájaro Azul, con un precio de 8 euros por persona. Fue descubierto por casualidad en 1958 en el subsuelo de la calle San Juan por Manuel Fedriani Consejero, quien lo convirtió en una de las cunas del flamenco hasta su cierre en la década de 1980.
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Se descubrió un dique seco y parte del muelle del puerto de la ciudad fenicia de Gadir del siglo III a.C. El dique seco para la construcción naval se excavó en la roca natural y, seguramente, aquí se construyeron naves de guerra de las que participaron en la Segunda Guerra Púnica. La acumulación de los sedimentos arrastrados por el río Guadalete cubrió el canal natural donde se encontraba el puerto fenicio, y la ciudad romana se construyó sobre él. El dique seco se reutilizó como criptopórtico en época romana, transformándolo en una galería semisubterránea destinada a la circulación o al almacenamiento.
Muelle del puerto

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