Cabo Mayor, 23 de octubre de 2025

La borrasca Benjamín ha sido la primera de gran impacto de la temporada, que ha traído desde el oeste un frente con lluvias, fuerte viento del oeste y un duro temporal marítimo. En el cabo Matxitxako (Bizkaia) se midió una racha de 167 km/h y en el centro meteorológico de Santander, cerca de cabo Mayor, otra de 111 km/h a las 7 de la mañana. La fuerza del temporal costero hizo que la AEMET activara el aviso rojo en la costa de Cantabria y País Vasco de 8 a 11 de la mañana del 23 de octubre de 2025.

Cabo Mayor es un lugar privilegiado desde donde observar el paso de aves marinas pelágicas durante los temporales, aunque no tan bueno como Cabo de Ajo, que es el mejor para ello en Cantabria. El mejor de la península ibérica es el coruñés de Estaca de Bares. La observación de aves desde los cabos durante los temporales es tan sorprendente como difícil debido al viento, que mueve los telescopios en sus trípodes y a nosotros mismos mientras sujetamos unos prismáticos o una cámara fotográfica. Además, las observaciones son habitualmente lejanas, muchas veces a más de 1 kilómetro de distancia y solo durante los temporales más intensos las aves marinas pelágicas pueden pasar muy cerca de los cabos. Incluso cuando las aves pasan a pocos cientos de metros de los observadores es muy difícil diferenciar entre págalos parásitos (Stercorarius parasiticus)  y págalos pomarinos (Stercorarius pomarinus) o entre pardelas cenicientas atlánticas (Calonectris borealis) y pardelas cenicientas mediterráneas (Calonectris diomedea). Y, lógicamente, la experiencia, la buena vista y la calidad del material de cada observador es muy importante en estos episodios extraordinarios.

Desde las inmediaciones del Centro Meteorológico de Santander el paso de aves marinas pelágicas fue flojo durante la mañana, mientras que fue intenso frente a cabo Higer, en el extremo oriental de la costa guipuzcoana. Sin embargo, por la tarde el paso fue extraordinario, con un paso cercano de aves marinas pelágicas, destacando unos 5000 alcatraces atlánticos/hora, unas 50 pardelas sombrías/hora y unos 10 págalos parásitos y pomarinos/hora. Como puede apreciarse en este vídeo, una buena parte de los alcatraces pasaron muy cerca del cabo, mientras que los págalos y las pardelas lo hacían casi siempre más lejos. El paso a media y larga distancia era también muy intenso, pero me concentré en contar las aves que pasaban más cerca, hasta una línea en el mar donde su color cambia de verde azulado a azul más intenso bajo la luz del sol. De hecho, la gran mayoría de las pardelas sombrías (Ardenna grisea) pasaban más allá de esa línea donde el mar cambia de color. Estos vídeos están grabados a pulso mientras estaba sentado en mi coche con una Nikon P950 y creo que dan una idea bastante realista de cómo son nuestras observaciones desde los cabos incluso cuando las aves pasan cerca durante los temporales. 

Partiendo de la idea de que las aves marinas pelágicas toman la mejor respuesta posible en cada temporal, los cambios en el espacio y en el tiempo que observamos deben ser una consecuencia de donde se encuentra cada ave en ese momento. Estas aves buscan su alimento en el mar, donde su presencia es poco predecible, como bien sabemos gracias a los pescadores. El resultado es que grupos de aves de una o varias especies se encuentran en una zona del océano cuando llega el temporal y entonces lo sortean lo mejor que pueden. Para poder predecir cómo de abundante va a ser cada especie en cada temporal desde cada punto de observación deberíamos saber dónde se encuentran previamente. Por eso, nos pasa como a los barcos pesqueros cuando salen a faenar: cada día es distinto.

Tres págalos parásitos

Un págalo pomarino

Una pardela sombría

Una pardela pichoneta

Una pardela balear

Una pardela cenicienta indeterminada

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