Grecia, 16 de julio de 2022

Meteora

Las montañas de Meteora están compuestas de una mezcla de rocas de arenisca y conglomerado, formadas a partir de depósitos de sedimentos acumulados en un lago hace unos 60 millones de años. La orogénesis los elevó después sobre la llanura de Tesalia y la meseta primigenia, con muchas fallas verticales, se fue erosionando por la acción del agua, el hielo y el viento. 
Conglomerado de Meteora

En estas montañas llaman la atención la escasez de estratificación y la abrupta meteorización vertical. El nombre de "meteora" tiene su origen en el griego que significa "fenómenos del cielo" y "meteorización" según el diccionario de la Real Academia Española es la "fragmentación o degradación parcial o total de las rocas y los minerales en contacto con la atmósfera, la hidrosfera o la biosfera".
Monasterio Varlaam

La palabra monasterio deriva de una palabra griega que hace referencia a "vivir en solitario". Originalmente, el monasterio era la celda al que se retiraba un anacoreta, palabra que procede del griego "retirarse" (del mundo) para dedicarse a la oración y a la penitencia, y así llevar una vida ascética y contemplativa. Antes que anacoretas cristianos los hubo judíos. Entre los cristianos, los primeros anacoretas se formaron en Alejandría entre finales del siglo II y principios del III, cuando Titus Flavius Clemens (Clemente de Alejandría) enfatizó la importancia de la vida ascética y recomendó la erradicación de todos los impulsos instintivos. Clemente de Alejandría escribió tres libros: Protepticus, Paedagogus y Stromata. El objetivo del segundo de ellos fue "describir brevemente el comportamiento que debe seguir, a lo largo de toda su vida, uno que se dice cristiano". 
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Antonio Abad (251-356) y Pablo de Tebas (228-341) fueron los pioneros del movimiento eremítico en los desiertos de la Tebaida (Egipto) en el siglo III, tras abandonar las ciudades del Imperio romano e ir al desierto como medio de purificarse y hacer penitencia, cuando ya no era posible el martirio por la fe, tras la legalización del cristianismo en el año 313 mediante el edicto de Milán del emperador Constantino y Licinio, cuando ya existían 1500 sedes episcopales y el 10% de la población del Imperio romano profesaba el cristianismo. Eremita o ermitaño fue el nombre que recibió el cristiano desde el siglo III al V que se entregaba a la vida contemplativa y penitente. La palabra "eremita" deriva de la griega "desierto", que es el lugar a donde se retiraron los primeros eremitas. Los monasterios colectivos surgieron cuando alrededor de la celda del anacoreta original, atraídos por su ejemplo o fama de santidad, se establecían otros nuevos ascetas, cada uno en su celda. 
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Los monasterios ortodoxos de Meteora fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1988 y, en la actualidad, atraen a numerosos turistas. Cerca se encuentra la ciudad de Kalambaka, reconstruida tras ser bombardeada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. 
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En el siglo IX varios ermitaños comenzaron a vivir en cuevas de Meteora. En 1518 los monjes Teófanes de Creta y Apsarades Nektarios de Loania construyeron el monasterio de Varlaam sobre los restos de una pequeña ermita construida 200 años antes por un monje llamado Varlaam. Teófanes de Creta fue el pintor más importante de murales religiosos de la época y maestro de El Greco.
Interior del monasterio Varlaam

No se pueden tomar fotografías en el interior de la iglesia, que cuenta con antiguas pinturas murales.
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Lorea, Amaia, Maite y yo en la polea que subía y bajaba la cesta

El acceso a los monasterios fue deliberadamente difícil y era necesario usar escaleras de mano o un sistema de poleas y cestas. La primera escalera de madera estaba sujeta a la pared de roca mediante cuñas y, más tarde, se hizo lo mismo en otros monasterios de Meteora. En el año 1923 se construyó la escalera actual.
Poleas del monasterio de Varlaam

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En la actualidad se sigue usando una polea motorizada para subir mercancías en una cesta.
Monasterio del Gran Meteoro

El monje Athanasios Koinovitis trasladó en el año 1344 su congregación desde el monte Athos, escapando de la invasión otomana, donde construyó el primer monasterio de Meteora al que llamó el Gran Meteoro. A finales del siglo XIV, cuando el Imperio Bizantino estaba amenazado por los otomanos, se construyeron unos 24 monasterios en Meteora, de los cuales se conservan 6 en funcionamiento, 4 de hombres y 2 de mujeres. Un gran número de monasterios, donde se refugió parte de la resistencia griega, fueron destruidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
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La única manera de entrar era subiendo por una escalera que los monjes podían recoger.
Monasterio del Gran Meteoro desde el acceso al monasterio Varlaam

Monasterios del Gran Meteoro y Varlaam

Monasterios de San Nicolás, del Gran Meteoro y Varlaam

Monasterio de Roussanou

El monasterio de Roussanou se fundó hacia el año 1388. Tras la Segunda Guerra Mundial fue reabierto en 1971 y alberga una comunidad de monjas desde 1988.
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Monasterio de San Nicolás

El monasterio de San Nicolás fue reconstruido en la primera década del siglo XVI sobre un edificio anterior. Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió daños y desde la década de 1960 hasta finales del siglo pasado ha sido restaurado.
Monasterio de la Santísima Trinidad

El monasterio de la Santísima Trinidad se fundó entre los siglos XIV y XV. En el siglo XIV el último emperador de los serbios y los griegos abdicó en favor de un pariente y se recluyó en el monasterio, cuya comunidad monástica había fundado su padre.
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Monasterio de San Esteban

El monasterio de San Esteban está regentado por monjas desde 1961. Según la tradición, el asceta Jeremías fundó el monasterio en 1191 o 1192, pero las obras de construcción datan del siglo XIV al XVI. Durante la Segunda Guerra Mundial fue bombardeado por los nazis.
Kalambaka desde el Monasterio de San Esteban

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Kalambaka está en la orilla izquierda del río Peneo.
Lorea, Amaia, Maite y el que esto escribe

Tras ver los 6 monasterios de Meteora, también por dentro los de Varlaam y San Esteban, subimos al autobús que nos llevó hasta Atenas de nuevo. Desde el restaurante donde paramos a almorzar fotografié esta Culebrera europea (Circaetus gallicus).
Culebrera europea

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