Gallito de las rocas (Rupicola peruvianus subsp. sanguinolentus)
Durante el desayuno del día anterior un guía nos preguntó por nuestro viaje y nos animó a contactar con el Refugio Paz de las Aves para ver un "lek" activo de Gallito de las rocas a 15 minutos en coche de Mindo. Un "lek" (del sueco lek, juego) es un lugar específico donde los machos se exhiben y pelean entre sí con el objetivo de que las hembras seleccionen para el apareamiento al macho vencedor. Las propietarias de Yellow House nos proporcionaron el número de teléfono y llamamos. El guía del Refugio Paz de las Aves nos explicó que deberíamos estar allí a las 6:30 horas de la mañana. Lorea y Amaia no se animaron a levantarse tan pronto como era necesario para estar allí a esa hora. Las dejamos durmiendo y fuimos Maite y yo. Estuvimos allí entre las 6:30 y las 7:30 horas. Ya estaban muy activos a las 6:30, cuando comenzaba a amanecer y hacia las 7:00 los machos comenzaron a abandonar el "lek". A las 8 ya estábamos de vuelta en Yellow House, justo la hora de ir a desayunar. Los hermanos Ángel y Rodrigo Paz nos ofrecieron la posibilidad de ver otras aves difíciles de ver junto con otros aficionados a la observación de aves, como el Totoroí gigante (Gralylaria gigantea), que es atraído mediante comida específica, pero ya se nos hacía tarde y nos despedimos, explicando la razón.
Gallitos de las rocas
Gallitos de las rocas
El "lek" del Gallito de las rocas
Gallito de las rocas
Gallitos de las rocas
Gallito de las rocasGallitos de las rocas
Gallito de las rocas
Gallito de las rocasGallito de las rocas
El cartel que tienen en el borde de la carretera
El mismo ave
Macho de Zafiro coronado (Thalurania colombica)
Regresamos a Yellow House, justo para llegar a desayunar a las 8 de la mañana. Allí estaban los colibríes. Se conocen 363 especies de colibríes en el mundo, 132 de ellas presentes en Ecuador. De ellas durante nuestra estancia vimos 7 en la terraza donde desayunamos en Yellow House:
- Amazilia andina (Amazilia franciae subsp. viridiceps)
- Amazilia tzacatl (Amazilia tzacatl subsp. jucunda)
- Brillante coroniverde (Heliodoxa jacula subsp. jamersoni)
- Colibrí nuquiblanco (Florisuga mellivora)
- Colibrí pardo (Colibri delphinae)
- Colibrí rutilante (Colibri coruscans)
- Zafiro coronado (Thalurania colombica)
El mismo ave
Macho de Zafiro coronado (Thalurania colombica)
El mismo individuo
Macho de Colibrí nuquiblanco (Florisuga mellivora)
Amazilia tzacatl (Amazilia tzacatl) extendiendo las plumas de la cola al sol
Después de que los colibríes se bañan y se secan, a menudo exponen sus cuerpos al sol y extienden las plumas de la cola y el cuello para absorber el calor del sol.
El mismo individuo
Amazilia andina (Amazilia franciae subsp. viridiceps) extendiendo las plumas de la cola al sol
El mismo individuo
Colibrí rutilante (Colibri coruscans) extendiendo las plumas de la cola al sol
El mismo ave
Momoto yeruvá occidental (Baryphthengus martii)
El mismo ejemplar
Momoto yeruvá occidental
El mismo individuo
Después de desayunar subimos por la pista que llega hasta la tarabita que cruza el valle del río Namblillo. En el camino paramos a ver lo que estaban mirando un grupo de aficionados a la ornitología. Sobre el tallo roto de una planta de bambú descansaba inmóvil un ave nocturna.
Nictibio urutaú (Nyctibius griseus)
Valle del río Namblillo desde la tarabita
Lorea, Amaia y Maite en la tarabita sobre el valle del río Namblillo
Panel indicador a la cascada Reina
Tomamos el sendero hasta la cascada Reina.
Helechos arbóreos
Planta indeterminada
Helechos arbóreos
Serpiente corredora de bosque de Peters (Dendrophidion clarkii)
El mismo individuo
Rubus rosifolius
Es una planta de origen asiático. Nos sorprendió encontrarla en un rincón tan salvaje como es el valle del río Namblillo.
Lorea y Amaia en el sendero a la cascada Reina
Guácharo (Steatornis caripensis)
Cuando estábamos a unos 300 metros de la cascada Reina, una pareja de turistas nos mostró que había un ave posada en una rama justo sobre el sendero a unos 5 metros sobre el suelo. Era un Guácharo, conocido en Ecuador con el nombre de "tayo". Un ave descrita por el famoso naturalista prusiano Alexander von Humboldt tras su viaje a Sudamérica en 1799. Lo observó en la cueva del Guácharo, en la localidad venezolana de Caripe, de donde tomó el nombre específico en latín y el nombre oficial en español. En cuanto a steatornis, significa ave aceitosa. Es decir, su nombre en latín traducido al español es "ave aceitosa de Caripe". Es la única especie de la familia Steatornithidae y el único ave nocturna que come frutos.
Fue en una misión de monjes capuchinos en las montañas de Caripe donde a Humboldt le hablaron de una cueva ocupada por miles de aves nocturnas. Pocos días después, miembros de la tribu indígena chaima guiaron la expedición de Humboldt por un pequeño río hasta la boca de la cueva. La luz menguante pronto les obligó a encender sus antorchas y un graznido distante se hizo más fuerte a medida que avanzaban por la cueva, donde “los gritos agudos y penetrantes del guácharo resuenan desde el techo arqueado, y el eco los repite en las profundidades de la caverna” según escribió Humboldt. Sus guías levantaron las antorchas para revelar la fuente de los gritos, que procedían de miles de nidos en forma de embudo que había pegados al techo de la cueva. Humboldt y su tripulación dispararon sus armas al azar hacia las sombras y lograron capturar dos individuos. Luego salieron de la cueva para examinarlos a la luz del día, viendo que eran pájaros de color castaño con un pico ganchudo rodeado a ambos lados por largos bigotes. Así fue descubierto el Guácharo para el mundo científico, pero los indígenas locales lo conocían desde hacía mucho tiempo, ya que capturaban los pollos grandes, cuya abundante grasa empleaban como alimento y como combustible para las antorchas. Cada año, durante lo que llamaron la cosecha de aceite, entraban en la cueva y usaban postes para destruir los nidos, matando a miles de guácharos y luego obtenían su grasa tras cocerlos en ollas de barro.
El mismo individuo
El mismo individuo
Aunque se trata de un ave nocturna, tiene muy buena vista. De hecho, la densidad de bastones de su retina es la más alta registrada en ningún animal vertebrado. Los bigotes le proporcionan señales sensoriales no muy diferentes a las de muchos mamíferos. Pero la adaptación más sobresaliente es el uso de ecolocación para maniobrar dentro de las cuevas, como hacen los murciélagos, pero a diferencia de estos, sus emisiones son audibles para los humanos. Cada ejemplar emite en una frecuencia ligeramente diferente. Estas aves son capaces de volar dentro de las cuevas por ecolocación, pero localizan los frutos de los que se alimentan mediante el olfato y en el caso de los frutos sin olor, mediante la vista. Durante la noche se mueve hasta 150 km desde los lugares de reproducción o descanso hasta los lugares de alimentación. Coge los frutos al vuelo y los traga enteros. Más tarde regurgita las semillas intactas. Fuera de la época reproductora migra a regiones alejadas de las cuevas en busca de alimento. Su dieta consiste principalmente en frutas de las familias Lauraceae, Burseraceae y Palmae.
El mismo individuo
En el pasado se pensaba que sólo se posaban en cuevas, aunque en algunas ocasiones se habían observado aves descansando en ramas de árboles. No fue hasta el año 2009 cuando los autores del artículo "The secret life of Oilbirds: New insights into the movement ecology of a unique avian frugivore" dieron a conocer que, gracias al seguimiento GPS de aves no reproductoras marcadas, habían descubierto que solo utilizan cuevas uno de cada tres días y que el resto de los días descansan durante el día posados en las ramas de los árboles.
Cascada Reina
Anolis ecuatoriano (Anolis aequatorialis)
El mismo individuo
El mismo individuo
Yo y el Anolis ecuatoriano
Planta indeterminada
Después de regresar hasta la tarabita tomamos el sendero que conduce hasta la cascada del Namblillo, donde almorzamos.
Cascada del Namblillo
Cascada del Namblillo
Río Namblillo
Colibrí picolanza mayor (Doryfera ludovicae)
Mientras comíamos vimos este Colibrí picolanza mayor, un Mirlo acuático coroniblanco (Cinclus leucocephalus) y, para nuestra sorpresa, un macho de Gallito de las rocas.
Gallito de las rocas (Rupicola peruvianus subsp. sanguinolentus)
El mismo ave
Candelita plomiza (Myioborus miniatus subsp. ballux)
Clorospingo gorjiamarillo (Chlorospingus flavigularis)
El mismo ave
De regreso en la tarabita, pudimos comprobar que uno de los trabajadores que se encargan de su funcionamiento era un gran experto en fauna. Desde la pista forestal vimos algunas especies más.
Loro piquirrojo (Pionus sordidus)
El mismo individuo
Como era previsible, el Nictibio urataú seguía en el mismo sitio.
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