Ecuador, 20 de julio de 2019

Macho de Pinzón de Darwin picomediano (Geospiza fortis) comiendo en mi mano

El mismo ave

En la terraza donde desayunábamos en la isla de Santa Cruz algunos ejemplares de Pinzón de Darwin vinieron todos los días. Otros, como el Pinzón de Darwin chico de la siguiente fotografía solo vino este día.
Macho de Pinzón de Darwin chico (Camarhynchus parvulus)

Después de desayunar pasamos junto a la pescadería al aire libre de Puerto Ayora.
Gaviota fuliginosa (Larus fuliginosus)


Tiñosa boba (Anous stolidus subsp. galapagensis)

Puerto Ayora es la ciudad más grande de la provincia de Galápagos, con 11.974 habitantes en el año 2010. La segunda ciudad más grande es la capital de dicha provincia, Puerto Baquerizo Moreno, que se encuentra en la isla San Cristóbal y tenía 6.672 habitantes en 2010. En cuanto al clima, Puerto Ayora tiene un clima templado a pesar de encontrarse en el ecuador terrestre. Es posible gracias a que por aquí pasa la fría corriente de Humboldt. La temperatura no baja nunca de 15º C ni sube de los 30º C. Todos los meses llueve entre 200 y 300 mm.
Lorea, Amaia y Maite

Por 30 dólares por persona hicimos el denominado "tour de bahía", que incluía un paseo en embarcación por Academy Bay, donde se encuentra Puerto Ayora, dos paseos por tierra en zonas donde solo hay acceso por mar y un rato de buceo en dos puntos de interés.
Piquero camanay (Sula nebouxii subsp. excisa)

Subespecie endémica de las Islas Galápagos.
Piquero camanay

Macho de Rabihorcado magnífico (Fregata magnificens)

Tiñosa boba (Anous stolidus subsp. galapagensis)

 Zapaya (Grapsus grapsus)

Lancha de la excursión por Academy Bay

Lorea, Amaia y Maite en Las Grietas

Iguana marina (Amblyrhynchus cristatus) y nuestro guía en la Playa de los Perros

Los mismos protagonistas

Durante nuestro tiempo de buceo vimos una Tortuga verde mientras se alimentaba a poca profundidad.
Pollo de Piquero camanay

Iguana marina

Garcita verdosa (Butorides striata subsp. sundevalli)

Paíño de Elliot (Oceanites gracilis)

León marino de Galápagos (Zalophus wollebaeki)

Hembra de Lagartija de lava de Santa Cruz (Microlophus indefatigabilis)

Lorea, Amaia y Maite en Puerto Ayora

Embarcadero de Puerto Ayora

 Barcos en Puerto Ayora

 Pardela de Galápagos (Puffinus subalaris)

En los acantilados frente al embarcadero de Puerto Ayora se veían casi de continuo pardelas de Galápagos. También vimos varias tortugas verdes que llegaron hasta el embarcadero y luego se alejaron.
León marino de Galápagos en el embarcadero

Detalle de la cabeza del mismo individuo

Juvenil de León marino de Galápagos y el que esto escribe

 Los mismos protagonistas


Lorea

 Amaia

Maite

Tortuga verde (Chelonia mydas)

Tortuga verde

Lorea y Amaia junto a dos leones marinos de Galápagos

Detalle de la pata trasera de un león marino de Galápagos

Charles Darwin en 1854, cuando tenía 45 años

"A partir de septiembre de 1854 me consagré totalmente a ordenar mi enorme montón de apuntes, a observar y a experimentar en relación con la transmutación de especies. Durante el viaje del Beagle había quedado profundamente impresionado cuando descubrí en las formaciones de las Pampas grandes animales fósiles cubiertos de corazas, como las de los actuales armadillos; en segundo lugar, por la manera en que animales estrechamente emparentados se sustituyen unos a otros conforme se va hacia el sur del continente; y en tercer lugar por el carácter sudamericano de la mayor parte de los productos de las Islas Galápagos, y más especialmente por la manera en que difieren ligeramente los de cada una de las islas del grupo sin que ninguna de ellas parezca muy vieja en sentido geológico." 
Charles Darwin escribió este párrafo en el año 1876 en Recollections of the Development of my Mind and Character (Memorias del desarrollo de mi pensamiento y mi carácter), los recuerdos autobiográficos que escribió para sus hijos, sin intención alguna de que se publicaran jamás. Fue uno de sus hijos, Francis Darwin, quien lo publicó en 1887 como parte de la "The life and letters of Charles Darwin" cinco años después de la muerte de su padre. Como se trataba de una narración de carácter personal e íntimo, escrita para su esposa e hijos, su hijo omitió muchos pasajes. Más tarde se reeditó con el título de "Autobiografía", un breve relato escrito entre el 28 de mayo y el 3 de agosto de 1876, donde encontramos párrafos tan interesantes como el siguiente.
"Se ha dicho en ocasiones que el éxito del Origen demostró «que el tema estaba en el aire», o «que la mente de la gente estaba preparada para dicho tema». No creo que esto sea estrictamente cierto, pues a veces sondeé a no pocos naturalistas, y nunca di con uno solo que pareciera dudar de la permanencia de las especies. Ni siquiera Lyell y Hooker parecían estar de acuerdo, aunque me escucharon con interés. En una una o dos ocasiones intenté explicar a hombres capaces lo que entendía por selección natural pero fracasé notoriamente. Lo que creo que era absolutamente cierto es que innumerables hechos perfectamente observados estaban esperando en las mentes de los naturalistas, listos para ocupar su puesto tan pronto como se explicara suficientemente una teoría que los abarcara. Otro elemento en el éxito del libro fue su moderado volumen (502 páginas en su primera edición), y ello lo debo a la aparición del ensayo de Mr. Wallace (se refiere a "On the tendency of varietes to depart indefinitely from the original type"); si lo hubiera publicado a la escala en que comencé a escribirlo en 1856, el libro hubiera sido cuatro o cinco veces más grueso que el Origen, ya muy pocos hubieran tenido la paciencia de leerlo."

No hay comentarios:

Publicar un comentario